Una persona digna conoce sus valores personales y reconoce los de los demás, los sitúa en una escala adecuada y actúa con respecto a ellos.
La dignidad, más que un valor, es un principio, en el sentido de que sin el respeto a ella, no se puede hablar de moral; por ello se considera central dentro de los derechos humanos. Para la mujer hacer valer su dignidad, debe tener un juicio objetivo de sí misma a la luz de los derechos y principios, en su comunidad, en la familia, en el campo profesional y social, una vez que tiene claro sus valores y relaciones se comporta de acuerdo con ellos y exige que lo respeten. (Declaración universal de derechos humanos –Naciones Unidas).